Sangre de Baco

Julio César y el público de Mérida contra Wert

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Escena de Julio CésarLa noche del pasado 24 de julio se estrenó en Mérida la adaptación del Julio César de Shakespeare dirigida por Paco Azorín. Después de haber cosechado grandes éxitos en diversos escenarios de toda España, la obra se presentaba como uno de los platos fuertes de la presente edición del Festival Internacional de Teatro de Mérida, contando no sólo con un director de prestigio, sino ante todo con un elenco de actores de primera fila: Mario Gas, Trsitán Ulloa y Sergio Peris-Mencheta entre otros. La representación no defraudó a ninguno de los asistentes. El público, que había acudido en gran número para casi conseguir llenar las gradas del teatro, recompensó a los actores con numerosos apluasos espontáneos, destacando los cosechados por Peris-Mencheta al finalizar los monólogos y dscursos que su personaje, Marco Antonio, tiene entre sus líneas.
Sin embargo, la atención no estuvo puesta únicamente en lo que ocurría en el el escenario, pues también en as gradas se vivieron momentos de auténtica emoción teatral. Cuando el ministro de cultura, José Ignacio Wert, entró en el recinto acompañado por diversos directores de institutos Cervantes de todo el mundo, el público le dirigió un sonoro y prolongado abucheo cuajado de improperios e invitaciones a abandonar su puesto político. El público asistente al estreno de César protestaba de esta manera contra la política de un gobierno que no sólo ha recortado cuantiosamente las subvenciones dedicadas al mundo cultural en muy diversos ámbitos, sino que también ha gravado dramáticamente el precio de las entradas a todo tipo de espectáculos con un aumento de los impuestos aplicados sobre las mismas. Wert tuvo que afrontar con estoicismo este abucheo, fingiendo que nada acorría a su alrededor. Sin embargo, finalizada la función, el ministro tuvo que renunciar a su intención de vsitar al reparto de actores entre bambalinas, tanto por el reinicio de los abucheos contra su persona como por las reticencias que los propios actores demostraron a dejarse ver en tan controvertida compañía política. Como Tristán Ulloa declaró al periódico El País ,para los actores había resultado muy especial ver que el público se posicionaba a favor del mundo de la cultura y en contra de una política que está lastrando el desarrollo cultural de las artes en España. Wert tuvo que abandonar el teatro de forma discreta, mientras el respetable le demostraba que su mandato como ministro, si de los amantes del teatro dependiera, está más que agotado.
Además de Wert, hubo otro personaje que acaparó, en esta ocasión de forma manifiestamente injusta, las iras del público. El actor Juan Echanove había acudido al estreno de Julio César en calidad de presidente del jurado de unos prestigiosos premios que se entregarán en fecha próxima. Como tal, Echanove saludó a las diversas autoridades presentes en las gradas, entre ellas el ministro Wert. El ministro de cultura, Jó¡osé Ignacio WertEl público entendió este apretón de manos como un gesto de connivencia entre el actor y el político, motivo por el cual incluyó al primero en sus abucheos e improperios. Como tuvo que aclarar posteriormente Echanove, el saludo se había debido únicamente a una cuestión de educación y al papel institucional que en aquel momento cumplía, pero en ningún caso como un gesto de apoyo a un ministro al que en numerosas ocasiones ha criticado en público y en privado.

Teatralmente, Julio César fue un éxito completo; políticamente, el estreno de la obra de Shakespeare sirvió de catalizador para un público que considera una cuestión personal el ataque a la cultura de un gobierno empeñado en acabar con el desarrollo de las artes en España.

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