Sangre de Baco

La arqueología regresa a Siria: un enorme mosaico romano hallado en un yacimiento

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Luis Manuel López | Noticia | 3/05/2018 - 11:06Comenta

Mosaico romano hallado en Siria

Además de las víctimas civiles, que son las primeras en sufrir un conflicto bélico, el patrimonio cultural es uno de los elementos que más daño reciben cuando en un territorio estalla una guerra. Los monumentos se destruyen, los intelectuales son perseguidos, el tráfico de piezas de arte en el mercado negro se multiplica y la investigación se convierte en un imposible.

Siria es un ejemplo perfecto de este hecho. Desde que el grupo terrorista Daesh y las intervenciones extranjeras desestabilizaron al gobierno autoritario de Siria, el rico patrimonio de este país ha sufrido de forma indecible las consecuencias de un enfrentamiento armado complejo y brutal. Los grandes protagonistas de estos daños han sido los yihadistas de Daesh, que, en su afán por destruir todo resto cultural anterior a la llegada del Islam, han dinamitado templos, ejecutado a arqueólogos, destrozado esculturas y vendido todo tipo de piezas en el mercado negro internacional del arte. Palmira, la joya del desierto, ha sido uno de los emblemas de esta triste destrucción, hoy por fortuna ya concluida. Desde que el gobierno de Siria, apoyado por tropas y logística rusa, han logrado expulsar a los terroristas casi por completo del país, la situación ha ido recobrando una cierta normalidad en lo que se refiere al patrimonio.

La vuelta al trabajo de los arqueólogos y los nuevos hallazgos en las excavaciones son una muestra de que la normalidad va poco a poco regresando a la devastada Siria. Mientras múltiples interrogantes acerca de la continuidad del régimen autoritario de Al-Ásad siguen en el aire, los especialistas han podido regresar a los yacimientos arqueológicos ya liberados y asegurados por el ejército sirio, con unos resultados en su trabajo que han sido inmediatos. La primera gran noticia que ha trascendido ha sido la aparición de un enorme mosaico de época romana, una pieza única que según las primeras estimaciones podría ser, con sus más de cuatrocientos metros cuadrados, el segundo más grande hallado en este país. El hallazgo se ha producido en el yacimiento de Aquirabat, el zona central de Siria, bajo los restos de lo que fuera una iglesia cristiana. El mosaico se encuentra en buen estado de conservación y muestra escenas de la naturaleza, con todo tipo de animales y plantas, junto a elementos geométricos. En la zona excavada hasta el momento se han encontrado también diversos nombres en griego realizados con las teselas, que posiblemente correspondan con los nombres de los mecenas que pagaron la obra o de los propietarios de la casa en la que se encontraba este mosaico. Por el momento no ha trascendido si se trata de un edificio público o de una domus o villa privada.

El hallazgo de este mosaico se produjo de forma fortuita cuando los soldados del ejército sirio peinaban la región en busca de los últimos reductos del Daesh que pudieran haberse quedado rezagados o emboscados para tratar de reconquistar la zona. Los militares dieron aviso de los indicios de la presencia de un gran mosaico en una región muy dañada por los combates, y, una vez la zona fue segura, los responsables de cultura y museos de Damasco se trasladaron hasta el yacimiento. Los arqueólogos sirios han pasado los últimos meses excavando el mosaico y haciendo planes para trasladarlo al cercano Museo Nacional de Hama, en cuyos laboratorios será restaurado y convenientemente expuesto para que el público pueda disfrutar de él.

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