
La llamada Piedra de Gabriel expuesta en el Museo de Israel
Dentro del campo de la arqueología, algunos temas han resultado siempre de especial interés para el público general debido a las implicaciones culturales y religiosas que estos tienen para numerosos grupos de personas. Uno de estos casos es la denominada arqueología bíblica, el campo dedicado a la antigüedad del pueblo hebreo y los origenes del cristianismo. Las fuerza de estas dos religiones ha hecho que cualquier hallazgo que pueda corroborar, o negar, las evidencias del Antiguo y el Nuevo Testamento, sea analizado en detalle no sólo por los especialistas sino también por un amplio grupo de personas que, creyentes o no, están intersados en estos temas. Una de las piezas más polémicas encontradas en los últimos años es la conocida como Piedra de Gabriel, una estela encontrada en el desierto de Jordania por unos beduinos que fue rápidamente adquirida por un cleccionista judío. Actualmente la Piedra de Gabriel pertenece al coleccionista David Jeselsohn, que de forma altruista ha decidido donarla al Museo de Israel durante un tiempo para su exposicion al público.
La Piedra de Gabriel está datada en el siglo I a.C., un momento especialmente delicado en la historia de Oriente Próximo debido a la consolidación del poder romano en la zona y a la desaparición de las anteriores estructuras de poder de los estados helenísticos. La estela presenta ochenta y siete líneas de texto, algunas de ellas casi ilegibles, que hablan de la aparición del arcángel Gabriel a un humano que habría puesto por escrito sus predicciones. Las palabras del arcángel se hacen referencia a una próxima destruccion del templo de Jerusalén tras una lucha de Israel contra el resto de naciones del mundo. Desde este punto de vista, el texto de la estela se inscribe dentro de la corriente de la literatura apocalítica judía, un género muy extendido en el siglo I a.C. como respuesta a las inquietudes del pueblo hebreo ante una situacion de subordinación prolongada a las grandes potencias extranjeras. Todos los especialistas que han estudiado el texto de la piedra lo han puesto en relación con otro de los grandes hallazgos de la arqueología bíblica en el siglo XX: los rollos del Mar Muerto. Entre la gran variedad de temas que tratan estos manuscritos, el género de la apocalíptica está especialmente presente, algo que ha llevado al especialista Adolfo Roitman a afirmar que la Piedra de Gabriel no seria más que "un rollo del Mar Muerto escrito en piedra". El motivo de la popularidad de esta pieza es, sin embargo, un pequeño fragmento de difícil lectura y traducción en el que algunos investigadores han querido ver la frase: "En tres días viviras". Al popularizarse esta traducción, no se hicieron esperar las voces que trataban de poner en relación este documento con la afirmación neotestamentaria acerca de la resurreción de Cristo al tercer día. Para algunos, este texto sería una confirmación de que la llegada del Mesias estaba ya presente en la tradición hebrea anterior a Cristo. Para otros, sin embargo, esta expresión no sería más que un tópico de la literatura apocalíptica, tópica que habria influido en los primeros cristianos que, al reconstruir la muerte de su maestro, habrían utilizado el número tres como elemento ya consagrado en la tradición. La polémica entre unos y otros investigadores ha generado un fructífero debate, así como numerosas publicaciones de artículos y monografías.
La estela es la pieza estrella de una exposición llamada "Yo soy Gabriel", uno de los principales proyectos desarrollados esta temporada en el Museo de Israel de Jerusalén que estará centrado en la figura del arcángel y en sus diferentes interpretaciones y representaciones iconográficas a lo largo de los siglos.
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