La UNESCO reconoce las tablillas de maldición de Bath en su "Memory of the World"
La UNESCO, la organización dependiente de las Naciones Unidas dedicada a las artes y las ciencias, ha desarrollado en las últimas décadas una inmensa labor de protección del patrimonio natural y cultural en todo el mundo. Por medio del World Heritage Centre , la UNESCO ha clasificado y catalogado los principales monumentos, naturales y humanos, de todo el planeta, organizándolos según su estado de conservación, su situación y su mayor o menor peligro de destrucción. De este modo la lista elaborada por la UNESCO, contiene parajes, construcciones, ruinas arqueológicas y objetos de todos los continentes, desde la Gran Barrera de Coral, la ciudad de Machu Pichu o las catedrales de León y Burgos. Entrar a formar parte de esta lista supone un impulso de financiación, protección y afluencia de visitantes, motivo por el cual todos los países han intentado e intentan incluir en ella todos sus lugares y monumentos emblemáticos.
Una de las últimas incorporaciones a la lista del World Heritage Centre han sido las conocidas tablillas de maldición halladas en el yacimiento romano de Bath, en la antigua Britania. Como el nombre del yacimiento indica, este enclave adquirió su importancia por la existencia de aguas termales que atraían a una gran cantidad de viajeros que, movidos por la pasión que los romanos sentían por todo lo relacionado con el agua, se desplazaban hacia este lugar para hacer curas y terapias de todo tipo. Sin embargo, no todo era curación y salud en Bath, pues uno de los principales hallazgos que los arqueólogos han realizado entre sus ruinas ha sido el de una gran cantidad de tablillas de maldición. Estos objetos presentan una gran cantidad de formas y tamaños, pero todos tienen en común un mismo objetivo: contienen inscripciones en las que se maldice o se desea un mal a un individuo o aun colectivo determinado. Las tablillas de maldición solían realizarse en plomo, un material que además de barato y maleable estaba relacionado con el Inframundo, por lo que resultaba idóneo para invocar con su uso a las divinidades infernales. Los textos escritos en las tablillas contienen todo tipo de fórmulas mágicas, muchas de las cuales resultan intraducibles al ser simples juegos fonéticos, junto a la descripción de lo que el autor desea que le ocurra a la víctima. Hay ejemplos de individuos que le desean la impotencia a sus rivales comerciales, mientras otros suplican la locura y la ceguera para los ladrones que osen tocar sus propiedades. Más allá de la anécdota, las tablillas de Bath resultan de enorme interés para filólogos e historiadores por muy diversos motivos. Una de las tablillas está escrita en celta, una lengua que ha dejado muy pocos testimonios en las islas británicas, mientras otra contiene la primera mención hallada en Britania al término "cristiano". Las tablillas eran dobladas o enrolladas, y situadas en diversos lugares, como el fondo de las fuentes o los huecos entre los muros de un edificio. En el caso de Bath la mayoría de las tablillas están dirigidas a la diosa Sullis Minerva, un curioso resultado del sincretismo entre dos divinidades, latina una y celta la otra.
Las tablillas de Bath son el único elemento del patrimonio romano británico que han entrado a formar parte de la lista de la UNESCO, por lo que el colectivo de arqueólogos y amantes de la Cultura Clásica en las islas ha recibido la noticia con gran entusiasmo.
Fuente: Daily Mail