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Barcelona, cada días más romana
A medida que los arqueólogos avanzan en su labor de exploración y divulgación se va constatando con fuerza una realidad que parecía impensable hace unas décadas: Barcelona es una ciudad cada día más romana. Debido a su riqueza patrimonial de época medieval, moderna y contemporánea, esta urbe había dejado de lado su pasado clásico. Si los turistas querían ver el legado de Roma en Cataluña, visitaban Tarragona, quedando Barcelona limitado a otras ofertas como la zona gótica, los monumentos modernistas y las grandes estructuras del siglo XX. Sin embargo, las cosas están cambiando en la Ciudad Condal. Hallazgos fortuitos y excavaciones programadas están sacando a la luz todo tipo de restos que demuestran que Barcelona no tiene nada que envidiar a otras ciudades en lo que a pasado latino se refiere. Esta cambio de imagen no es resultado de la causalidad. La Generalitat está haciendo un esfuerzo enorme para potenciar las excavaciones y la musealización de los espacios ya excavados, un esfuerzo que tiene más valor si cabe en los tiempos de crisis y recortes generalizados que vivimos. El diario El País ha cifrado en 2,4 millones de euros el presupuesto que el gobierno catalán ha destinado a la arqueología de la región. No sólo el sector público ha potenciado los hallazgos; también las empresas privadas del sector han aumentado su actividad en Cataluña a pesar de la crisis general en la construcción y otras áreas afines.
Un ejemplo de la riqueza patrimonial de Barcelona que aún puede estar por descubrir lo ofreció en 2010 el hallazgo de un espectacular mosaico gracias a las obras de construcción de la estación del AVE de la Sagrera. Este mosaico, con escenas de pájaros volando sobre campos y otras formas vegetales, está siendo restaurado con una minuciosidad digna del más fino orfebre, con el objetivo de que sea expuesto en fechas próximas para que todo el público pueda disfrutar de el. Pero este mosaico no es la única pieza que puede encontrarse en este subsuelo, habida cuenta de que podríamos estar ante los restos de una rica villa de época imperial que bien podría deparar nuevas sorpresas. La restauración del mosaico, así como la excavación del área en el que ha sido encontrado, se ha realizado gracias a que la ley obliga a que las empresas constructoras responsables de las obras financien una parte de la investigación en caso de que se produzca durante las mismas algún hallazgo de interés. Una ley ésta que algunas regiones, como la Comunidad de Madrid, está siendo atacada para beneficiar a las empresas constructoras y aumentar su margen de beneficios.
Fuente: La Vanguardia