
Detenido por robar restos de una casa en Pompeya
Si la semana pasada Pompeya fue noticia por el intento de un grupo de turistas de revivir las prácticas sexuales de época romana en pleno yacimiento, en esta ocasión la ciudad del Vesubio ha saltado a primera plana de la actualidad por un hecho menos amable. Un turista francés de cincuenta años ha sido detenido por la policía italiana tras haberse encontrado en su mochila un fragmento de yeso procedente de una domus. El fragmento en cuestión presentaba restos de pintura mural, aunque se desconoce si el turista lo arrancó de la pared de la casa o era un fragmento ya desprendido de su lugar original. El individuo era un simple turista que había ido a pasar el día junto a su familia al yacimiento de Pompeya, en el marco de unas vacaciones por el sur de Italia. Este hecho se suma a acontecido el pasado mes, cuando un turista georgiano intentó robar un fragmento de un mosaico y sacarlo del yacimiento. Como ha declarado el superintendente de excavaciones, Massimo Osanna, esta ola de robos a pequeña escala demuestra el escaso nivel de concienciación que la población mundial posee respecto a la necesidad de proteger y cuidar el patrimonio cultural común. No estamos ante casos de grandes redes de expoliadores que saquean yacimientos para obtener un sustancioso beneficio económico con su posterior venta en el mercado negro, sino ante acciones individuales llevadas a cabo por turistas inconscientes o poco sensibilizados ante el daño que causan con su actitud. Por otro lado, este intento de robo es un eslabón más en la larga cadena de despropósitos que están conduciendo al yacimiento de Pompeya a su destrucción y deterioro ante los esfuerzos poco eficaces de las autoridades italianas. Pese a que el gobierno de Roma puso en marcha un ambicioso plan para salvar Pompeya de la ruina, lo cierto es que poco se está haciendo en la práctica. Mientras los robos se suceden ante la mirada poco profesional de un número insuficiente de vigilantes, el deterioro natural continúa su proceso, y casas y estructuras se derrumban cada semana en este enclave arqueológico.
Fuente: ABC
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