Azulejos romanos con las huellas de un cachorro
En ocasiones el azar depara a los arqueólogos agradables sorpresas que nos recuerdan a muchos por qué escogimos profesiones relacionadas con el estudio del pasado. Inmersos en grandes paradigmas teóricos y en sesudos análisis de datos, cuando llevamos mucho tiempo de carrera profesional se nos olvida que el material con el que trabajamos arqueólogos e historiadores lo crearon seres humanos, que vivieron y sintieron con la misma intensidad que nosotros mismos. Es por este motivo por el que hallazgos como el que aquí vamos a detallar resultan tan importantes y significativos. Porque nos recuerdan que no trabajamos con cifras y datos, sino con seres vivos.
En la ciudad británica de Leicester, un grupo de arqueólogos ha encontrado una serie de azulejos de época romana que presentan huellas de diversos animales, en concreto, de perro y de lo que se ha identificado como una oveja o una cabra. Estas piezas tan singulares han parecido en una excavación realizada con motivo de la construcción de un aparcamiento subterráneo, y junto a ellas se han encontrado todo tipo de objetos de época romana, tales como broches, monedas, e incluso restos de una construcción que se ha interpretado de forma provisional como una basílica. ¿Qué información puede aportarnos el hallazgo de estos azulejos con huellas de animales? Lo cierto es que poco que ya no supiéramos. Su valor, desde nuestro punto de vista, radica más en su componente humano que en el científico. Resulta muy sugerente imaginar al artesano que estaba fabricando los azulejos, enfadado al descubrir que su perro había decidido dar un paseo sobre las piezas sin terminar que estaban secándose al sol. Una escena de la que no nos hablarían jamás las fuentes literarias y que sólo podemos conocer por hallazgos fortuitos como el de estos azulejos. Aunque las huellas de Leicester jamás llegarán a ser tan célebres como las de Laetoli, ni nos proporcionarán una información tan fundamental como la que éstas han ofrecido a los prehistoriadores, estamos sin duda ante unas piezas que nos permiten conectar de forma directa con nuestro pasado romano más humano.
Fuente: Live Sciencie