Sangre de Baco

Viñedos al estilo de Virgilio y Columela

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El vino es hoy, y fue en tiempos de Roma, la bebida más valorada, consumida y vendida de todo el Mediterráneo. El vino forma parte de todos los aspectos de nuestra vida, desde lo cotidiano, hasta las esferas de lo religioso y cultural. Sin vino, no podríamos entender el Mediterráneo. Tratando de rastrear las raíces clásicas de esta bebida, un proyecto del Instituto de Patrimonio Cultural de Italia, asesorado por la Universidad de Catania, tratará de recrear el modo en en el que los romanos plantaban, cuidaban y recogían la uva para su posterior conversión en vino en la época de la Baja República y el Principado. Para llevarlo a cabo, han elegido las tierras de la isla de Sicilia, en concreto las faldas del volcán Etna, una zona de larga tradición vitivinícola que pervive en la actualidad. El director del proyecto, Daniele Malfitana ha señalado que la principal guía que seguirán en sus trabajos serán los textos antiguos que nos hablan del cultivo de la vid, bien sea de forma poética, como es el caso del segundo libro de las geórgicas de Virgilio, bien de forma más técnica, como hace Columela en su "De Agricultura". El objetivo del proyecto es doble: por un lado, verificar que las informaciones de estos autores tienen un trasfondo de realidad y no son pura recreación literaria de escritores que no conocían la auténtica vida en el campo; por otro, aplicar los posibles conocimientos que estos textos contengan a los cultivos modernos de vides en el Mediterráneo, con el objetivo de aumentar su calidad y hacerlos más rentables. Si el proyecto se desarrolla dentro de los cauces previstos, en cinco años contará con más de cinco mil hectáreas plantadas de viñedos, pero será antes, en cuatro años, cuando se puedan comenzar los trabajos para obtener los primeros setenta litros de vino de la primera cosecha de uva. Las plantas no recibirán más cuidados que los que ya podían dispensárseles en época romana, prescindiéndose de abonos y pesticidas químicos. Del mismo modo, la técnica de producción del vino respetará los pasos detallados en las fuentes clásicas, sin utilizar recipientes ni materiales que un campesino de época de Augusto no hubiera conocido. Aunque debamos esperar cuatro años para ver los resultados (desgustarlos de primera mano estará sólo al alcance de unos pocos), estamos sin duda ante una experiencia loable que permitirá aplicar a la vida real los conocimientos que la arqueología y la historia han ido desgranando en los últimos tiempos gracias al estudio de los restos materiales y las fuentes antiguas.

Fuente: El Mundo Vino

Vista de un viñedo