Sangre de Baco

El Coliseo se blinda contra el terrorismo

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Las autoridades italianas instalan nuevos detectores de metales en las entradas del Coliseo para evitar posibles atentados terroristas en el interior

El Coliseo de noche

Los brutales atentados de París que costaron la vida a más de un centenar de personas han puesto en guardia a las autoridades de toda Europa contra la amenaza que supone el aumento del yihadismo y su capacidad para golpear en cualquier punto del mundo. Por este motivo, los gobiernos nacionales y los ayuntamientos de toda Europa están realizando grandes esfuerzos en materia de seguridad, especialmente en los puntos más susceptibles de ser objetivos de ataques terroristas debido a la alta concentración de personas que suelen atraer. Dado que los cabecillas de ISIS y otros grupos terroristas han hecho numerosas declaraciones acerca de su deseo de destruir cualquier resto de cultura pagana y occidental, los monumentos culturales y los yacimientos arqueológicos se consideran lugares prioritarios a la hora de establecer los nuevos parámetros de seguridad.

El gobierno de Italia ha sido uno de los primeros en reaccionar a la amenaza. Su patrimonio arqueológico y la importancia que el turismo tiene para su economía, han llevado a las autoridades italianas a tomar decisiones inmediatas para blindar sus monumentos contra la amenaza terrorista. El Coliseo de Roma, uno de los espacios que más turistas atraen cada día y que posee una capacidad para albergar a una mayor cantidad de personas en su interior, ha sido el primer lugar en recibir una protección especial. Francesco Prosperetti, responsable de los lugares arqueológicos de la ciudad de Roma, ha anunciado que en los próximos días se instalarán en las entradas del Coliseo nuevos detectores de metales para evitar que nadie pueda introducir al monumento objetos peligrosos o algún tipo de explosivo. En la mente de todos están las atrocidades cometidas por el grupo ISIS en yacimientos arqueológicos del Próximo Oriente, como la ciudad de Palmira, en los que los terroristas han desatado toda su furia iconoclasta contra estatuas y edificios de miles de años de antigüedad.

Fuente: La Vanguardia