La ciudad británica de Comulodunum, actual Colchester, fue el foco principal de la ira de los rebeldes britanos que, capitaneados por la reina Boudica, cayeron sobre este enclave a sangre y fuego en un intento de lo que pretendía ser el final del dominio romano en la isla. Aunque las tropas de Boudica fueron finalmente derrotadas, los romanos presentes en Colchester tuvieron que huir o afrontar un cruel destino a manos de unos britanos que odiaban con furia a sus conquistadores. Los arqueólogos han encontrado a lo largo de los últimos siglos numerosas pruebas de la crueldad con la que los britanos castigaron a esta colonia romana. Sin embargo, pocos hallazgos han sido tan espectaculares como el realizado a comienzos de este mes de septiembre. Lo que parecía un amasijo informe de metales ha resultado ser en realidad todo un tesoro deteriorado por el tiempo, compuesto por numerosos brazaletes y cadenas de oro y plata finamente trabajados. La hipótesis que los especialistas han aventurado es que su propietario debió de ocultar este tesoro bajo tierra de forma apresurada en el momento en el que las tropas de Boudica tomaban la ciudad, en la esperanza de poder escapar y regresar más adelante para recuperar sus posesiones más valiosas. Dada la suerte que corrieron la mayoría de los habitantes de Colchester y, ante todo, en vista del lugar donde se ha encontrado el tesoro, es evidente que el propietario no tuvo suerte en su plan de fuga. Aunque este hallazgo ha despertado el interés de los medios de comunicación, lo cierto es que los yacimientos de la antigua Comulodunum han sido durante mucho tiempo una fuente inagotable de datos para conocer el proceso de romanización de las élites indígenas de la isla de Britannia.

Fuente: The Telegraph