Comienza la restauración de la Casa de los Gladiadores en Pompeya
El derrumbe parcial de la Casa de los Gladiadores fue el comienzo de todo. Cuando en 2010, parte de esta estructura de dos milenios de antigüedad se vino abajo por las inclemencias del tiempo y la ineptitud de los responsables de su conservación, el mundo volvió los ojos alarmado ante la situación dramática que atravesaba el yacimiento de Pompeya. La ciudad del Vesubio se estaba degradando y desaparecía ante la pasividad de las autoridades italianas. Incluso la UNESCO llegó a amenazar a Italia con retirar a Pompeya la calificación de patrimonio de la humanidad. La UE a su vez declaró que retiraría su financiación si no había cambios inmediatos en la forma en la que se gestionaba el yacimiento.
Las autoridades italianas se pusieron manos a la obra y crearon el Gran Proyecto Pompeya, una nueva institución encargada de velar por la conservación y la defensa de los yacimientos de las laderas del Vesubio. El asnto cobró tanta trascendencia que se llegó a poner a un general al frente del proyecto, debido a la dificultad de gestionar una institución de este calibre en el sur de Italia, donde los grupos mafiosos controlan una parte importante del tejido económico. Poco a poco comenzaron a verse resultados. Templos restaurados, casas abiertas de nuevo al público e incluso un aumento de la concienciación a nivel internacional que llevó a algunos ladrones a devolver piezas sustraídas en Pompeya hace años en incluso décadas.
La Casa de los Gladiadores, el lugar que había desencadenado todo, aguardaba su turno cubierta bajo un mar de plásticos que protegían sus muros de la lluvia y el viento. Finalmente, ha llegado su momento. El primer paso en la restauración consistirá en la instalación de una infraestructura artificial que sostenga el conjunto y evite nuevos derrumbes, acompañada de la retirada de la vegetación que es en parte la responsable del derrumbe del edificio. Tras su instalación, que está prevista para febrero de 2016, los plásticos se retiraran, y los restauradores podrán acceder al recinto para trabajar con las pinturas y los restos más delicados. Su trabajo no será sencillo, pues, tal y como ha declarado el director del yacimiento de Pompeya, Massimo Osanna, se pretende reconstruir no sólo la parte de la casa que se derrumbó en noviembre de 2010, sino también la que fue afectada por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, algo que resultará bastante más complejo.
Fuente: Repubblica